martes, 23 de febrero de 2010

18 días de guarnición


No duraría mucho, estaba a punto de amanecer, se me antojaron bohemios tus suspiros, se me hizo amargo el café.
Nunca dije que me quedaría, quizás alguna vez lo imaginé, pero las maletas gritan y mis pasos me conducen de vuelta al andén, donde tus pupilas me desgastaron la piel aquel mes de Mayo.
A pasado demasiado rápido y aunque retrase el reloj volveré a recaer ante la inercia de escapar por la ventana abierta con un beso como despedida y en mi guitarra aguardando una canción.














Prometo regresar, para volver a hacernos daño.

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